
En los últimos años se ha hablado mucho de quienes perdiendo su casa se han encontrado en precariedad, pero no tanto de las muchas personas que viven en condiciones de extrema pobreza desde hace muchos años, incluso generaciones, y que nunca tuvieron posibilidad de acceder a una hipoteca, ni a un alquiler a precio de mercado. Sus únicas opciones de vivienda se han movido siempre entre la autoconstrucción y las limitadas oportunidades de vivienda pública que se les han ofrecido. Para visibilizar estas realidades se ha publicado el libro “Realojando Derechos. El acceso a una vivienda digna desde la perspectiva de la extrema pobreza”, que recupera y analiza la historia de los realojamientos de los barrios de chabolas en Madrid para identificar algunos retos fundamentales para avanzar hacia una política de vivienda respetuosa con los Derechos Humanos y que no deje a nadie fuera.
Este documento es fruto del trabajo de ATD Cuarto Mundo España, movimiento comprometido en la lucha por la dignidad, la participación y el reconocimiento efectivo de los derechos de todos y todas, y la Asamblea de Vivienda Digna para Todas las Personas, en la que han participado miembros de muchos otros colectivos e instituciones. A lo largo de los próximos meses iremos compartiendo algunas de los relatos y experiencias recopilados en este trabajo, de manera que puedan ayudar a las y los lectores de la revista a descubrir estas realidades con las que es fundamental establecer un diálogo desde el ámbito profesional y ciudadano.
La Asamblea de Vivienda Digna para Todas las Personas nació en el 2015 promovida por ATD Cuarto Mundo, con el objetivo de incorporar al diálogo actual que hay sobre el derecho a la vivienda a quienes viven en extrema pobreza, aquellas personas y familias que nunca tuvieron posibilidad de acceder a una hipoteca, ni a un alquiler a precio de mercado, y cuyas opciones de vivienda se movieron siempre entre la autoconstrucción y las limitadas oportunidades de vivienda pública y social que se les han ofrecido.
Una de las principales características de este proyecto es que ha buscado en todo momento incorporar la perspectiva de quienes viven en mayor pobreza al análisis sobre la cuestión de la vivienda, poniendo en diálogo su experiencia y conocimiento con el de activistas y profesionales. De ahí que en este informe no haya muchos datos ni estadísticas, sino historias contadas por quienes las han vivido, junto con el análisis que hacen de las mismas. Estos relatos hablan de realidades muy concretas, las de los barrios autoconstruidos de la Comunidad de Madrid de un determinado periodo y los procesos de realojamiento desarrollados en torno a ellos. Sin embargo, tienen muchos puntos de conexión con las luchas por el derecho a la vivienda de quienes viven otras realidades de pobreza, como la de encontrarse en situación de calle, la de las personas migrantes, la de quienes se ven obligadas a ocupar viviendas abandonadas, la de quienes sólo encuentran soluciones de emergencia temporales, etc.

Este trabajo recoge el reto lanzado por una de las personas en situación de pobreza participante en el proyecto cuando le invitaron a hablar en el Parlamento Europeo en el año 2015:
“La vivienda no es solo un sitio para vivir. Supone muchas cosas en la vida: poder tener acceso a un trabajo, a la salud, a poder ser alguien. Porque en esta sociedad, sin vivienda no existes. Y eso sólo lo sabemos quiénes sufrimos esta carencia.
Cuanta más necesidad tiene uno de una vivienda, más difícil es conseguirla. Te obligan a certificar dónde vives, a través de técnicos o la policía, pero si donde resides es ilegal en cuanto vengan van a desalojarte. Eso nos lleva a la mayoría de la gente a tomar decisiones que no queremos tomar, como por ejemplo las ocupaciones ilegales, porque prácticamente es la única vía que le queda a la gente.
Señores y señoras, estar con una necesidad de vivienda es una situación muy grave. Y cuando uno tiene familia es todavía peor, porque en el momento en el que uno se ve en la calle con una familia las administraciones no lo permiten. Entonces, que promuevan iniciativas con éxito, porque las políticas de vivienda que existen no son efectivas. Es hora de promover un cambio, por pequeño que sea. Solución inmediata por supuesto que no la hay, pero si entre todos arrimamos el hombro podríamos encontrar una pequeña ayuda.
Existimos. Estamos ahí fuera. Somos muchos y estamos sufriendo. De corazón, les pedimos a cada una de las personas que puedan aportar su granito de arena que ayuden para promover un cambio. Para que todos los días nos podamos levantar con una sonrisa, en vez de estar sin apenas ganas de vivir, viendo que nuestra familia, nuestros hijos, cada día tienen más miseria. Por favor, hagan posible ese cambio.”
Como ejemplo de estas las muchas historias de lucha y resistencia invisibilizadas, en el libro de “Realojando Derechos” hemos recogido las de cinco familias que han vivido en barrios autoconstruidos, una trabajadora social y un voluntario. Siete historias que hacen eco de otras muchas, y que explican la importancia de las cinco claves que hemos encontrado para garantizar el derecho a la vivienda:
- Nada para las personas que estamos excluidas sin contar con nosotras.
- Sin vivienda no existes, no tienes seguridades básicas.
- En unas condiciones que podamos cumplir, respetando y siendo respetados.
- No más normativas en contra de quienes somos más vulnerables.
- Si no me dan, al menos que no me quiten lo que tengo.
Como muestra, un botón: una vida en lucha por el derecho a la vivienda.