Muchos de vosotros estaréis pensando en entrar en la carrera de arquitectura o ya estaréis en ella. Probablemente algunas de las razones por las que queréis o habéis querido hacerlo sean que un familiar cercano es arquitecto, que os guste dibujar o simplemente que no sabéis ni qué carrera escoger.
Pues bien, a continuación, vamos a hablar sobre las partes positivas y negativas que conlleva estudiar arquitectura.
LA ARQUITECTURA Y EL DISEÑO LO ABARCAN TODO
Si lo piensas todo es arquitectura. Desde nuestros primeros años de carrera nos enseñan la importancia de observarlo todo y esa mirada crítica nos ha enseñado que la arquitectura y el diseño van más allá del simple diseño de una casa o un edificio, por ejemplo, a ver o apreciar un espacio por su iluminación o desde las distintas sensaciones que puede generar ese espacio. Apreciar el espacio de esta manera, ya sea analizando cada uno de los objetos o como se vive y se percibe ese espacio nos da una especie de sexto sentido ante la percepción.
Como acabas entendiendo que todo es arquitectura acabas teniendo referencias para tus proyectos en todos los sitios, en el cine, en una serie, en el parque, leyendo… Por lo que tienes la cabeza todo el día pensando en ideas, sin descanso, hasta que la idea llega cuando menos te lo esperas.
DI ADIOS A LAS 8H DE SUEÑO
Si hay algo por lo que sea famosa la carrera de arquitectura es por las constantes noches de trabajo antes de las entregas. Lo bueno será que probablemente no seas el único sin dormir y puedas consolarte con tus compañeros que estarán igual que tú.
CREATIVIDAD
Nadie puede negar que el trabajo de un arquitecto tiene un gran peso de creatividad. Como proponía Vitruvio la arquitectura requiere tres principios:
Firmitas, la firmeza y la estabilidad.
Utilitas, la utilidad y la funcionalidad.
Venustras, la belleza.
La estructura de un edificio le dará rigidez y permitirá su construcción, el diseño y la distribución de los interiores le dará funcionalidad, pero la creatividad será la que le dará a este último punto esa “belleza”. Este punto es el que diferencia al arquitecto del resto de técnicos de la edificación.
NO TODOS ACABAMOS SIENDO ARQUITECTOS
Mucha gente piensa que la salida de arquitectura solo tiene una salida, hacer casas, de ahí que todos tus conocidos cuando saben que vas a estudiar o estas estudiando arquitectura te digan: ¡Ya se quién me va a hacer la casa! Pero dentro de la arquitectura tenemos un montón de ramas. Puedes especializarte en estructuras, instalaciones, en diseño 3D, urbanismo, diseño de interiores, paisajismo…

SALE CARO SER ESTUDIANTE DE ARQUITECTURA
Para empezar, debemos tener un ordenador potente, capaz de soportar las mil capas que tendrás en AutoCad, los 3D, los pesantes renders… Por no hablar del dinero empleado en impresión de planos y paneles y material para maquetas.
VIAJAR Y CONOCER
Una de las mejores cosas de la carrera es viajar y saber la historia de los lugares a los que vas, te fijas minuciosamente en los materiales, los elementos… Entiendes lo que ves, piensas en su proyección, en su construcción y en qué llevó al arquitecto a hacerlo así. Viajar y conocer otras culturas es esencial para crecer como arquitecto.
TRABAJO Y CONSTANCIA
La arquitectura es una de las carreras más bonitas que hay. Personalmente no creo que sea una carrera difícil como la mayoría de las personas piensan, pero si es una carrera en la que se trabaja mucho, tienes que ser trabajador y constante.

Pues bien, como habéis visto no todo es de color rosa en esta carrera, pero tiene multitud de cosas buenas, aprender a ver, a sentir y a entender la arquitectura, a meterte de lleno en ella es algo increíble.
Como vimos en episodios anteriores la arquitectura tiene sus cosas buenas y no tan buenas. A continuación os dejamos la encuesta de Crearq realizada a estudiantes de arquitectura de todas las facultades españolas en 2015 y los resultados de la encuesta realizada en 2019 sobre efectos de la carrera en alumnxs de arquitectura (gráfico derecha).
Laura Martín Díaz | DTF magazine