
«Eres basura. Nadie te quiere. ¿Para qué quieres juntarte con ellos? Te harán daño, como cuando eras pequeño. Tu profesor ya te lo decía: eres un inútil. No vales para nada. Eres basura. Mamá ya te lo advirtió: te romperá el corazón. ¿Qué más da? Eres mejor que ella. Que le jodan, es basura como tú. Pero da igual. Que no te importe. Que no lo sientas. Que no te duela. Escapa. Construye un muro».

Probablemente voces muy parecidas a estas hablaban en la cabeza de Roger Waters en 1979, mientras componía una de las grandes obras maestras de Pink Floyd y de la historia del rock en general: “The Wall”. Un álbum conceptual que trata temas tan complejos como la ansiedad social, la sobreprotección maternal, la sensación de abandono, la educación opresora, la pérdida de identidad personal o el aislamiento. Es posible que alguna vez tú también hayas sufrido pensamientos de este tipo, como tanta gente. El éxito de esta música lo demuestra. Pero ¿cómo se expresan todas esas emociones sobre un escenario?
Javier Sáinz | VdeVigueta , en colaboración con DTFmagazine