



Entre sus diseños se encuentran buena parte de los logotipos e identidades gráficas de la España del último medio siglo. Su manera de entender el diseño como algo ligado al ser humano se convirtió en cátedra de una disciplina hasta entonces poco valorada en el país. Desde los logotipos de algunos de los principales partidos políticos hasta los de Renfe, Cercanías, Correos y un sin fin de empresas y de entidades de relevancia nacional e internacional. Alberto Corazón se convirtió por méritos propios en el diseñador de la España democrática.
Poner el buen diseño al servicio de la ciudadanía fue uno de sus grandes logros. Hacerlo desde una voluntad innovadora y europeísta para un país en plena Transición fue otro de sus aciertos. Hoy el mundo del diseño llora la muerte de uno de sus referentes españoles del siglo XX. Sus logotipos, identidades gráficas y trabajos permanecerán por mucho más tiempo en la memoria colectiva de un país que se modernizó, en parte, gracias a figuras como Alberto Corazón.
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