El artista, reconocido por su enrome trabajo artístico y arquitectónico, ha fallecido este domingo tras una carrera plagada de actuaciones icónicas por todo el mundo. Christo es muy probablemente uno de los grandes iconos de la arquitectura efímera, con actuaciones tan sonadas como cubrir el Reichstag en Berlín o propuestas conocidas en todo el mundo como la de curbir con una «capa» blanca el Arco del Triunfo en París.
Nacido en Bulgaria, el artista inició su carrera con retratos de pintura para posteriormente ir cada vez tratando un escenario más grande hasta abarcar una escala artística nunca antes vista. Sus obras, en el límite entre arte y arquitectura, reflejan una visión del mundo en el que casi cualquier cosa puede convertirse en algo nunca antes pensado. Christo logró convertir el Parlamento alemán en un enorme artefacto abstracto o invitarnos a divagar sobre el agua en el lago Iseo; todo sin renunciar a lo efímero, a la reinterpretación del espacio y de la preexistencia como algo artístico, arquitectónico y abstracto; con un potencial propio nunca antes imaginado.
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