Emulando a Alejandro de la Sota en una de sus publicaciones en la Revista Nacional de Arquitectura, en la que insta a que “no desperdiciemos estas ocasiones de hacer ensayos, ensayos que llevamos al corazón de las gentes, y que mas tarde podremos utilizar…” comienzo esta reseña ya que creo que descubrir a personas como a Jesús de la Sota bien lo merecen y publicaciones como esta de la cual hago una pequeña reseña deberían no pasar desapercibidas o esperar su momento tantos años como el autor que nos compete.
De una manera amena y ágil, Silvia Blanco y Antonio S. Río nos describen y descubren la vida y obra de este personaje que aúna en si mismo y en su obra diversos campos de las artes, integrados de una manera sutil, silenciosa y a la vez extraordinaria, sin esfuerzos o empeños superfluos.
Igual que se habla de “accesibilidad desapercibida” -aquella que está integrada en la arquitectura de tal manera que no está impuesta ni sobrepuesta y que facilita el uso y disfrute de los usuarios- podríamos decir de las obras, en sus diferentes facetas, de Jesús y su integración en los espacios para los que fueron creados. Son elementos que están pensados para usos concretos y que no funcionarían igual en otras condiciones.
A lo largo de su dilatada y variada obra, Jesús de la Sota nos muestra y demuestra, la integración del arte y la arquitectura de una manera clara, sencilla pero no exenta de intensidad y así nos lo muestran a lo largo de los diferentes capítulos del libro.
Su vida y obra van emparejadas, entretejiendo un discurso que salta de la pintura a los murales; de estos a las telas o al diseño de muebles. Del diseño de muebles al de espacios expositivos, a la fotografía al diseño editorial volviendo de nuevo a la pintura, la ilustración como una madeja que nunca termina entretejiendo esa relación de todos los elementos como un todo y haciendo que los espacios en los que actúa tengan esa fortaleza y a la vez esa humildad que el propio autor destila.
Son sus obras las que hablan por él y que son narradas en los ocho capítulos del libro. Partiendo de una visión general de su vida y obra se van explorando cada una de sus vertientes artísticas en cada capitulo dando detalles, desmembrando ese tejido para descubrir los entresijos y detalles que, de otra manera, pasarían desapercibidos por bien integrados.
Así comenzarán hablándonos de sus pinturas, de la emoción que transmiten pese a la condición mínima de las mismas. Su sencillez es el resultado de una búsqueda de reproducción rápida -industrial- de la misma para poder acercar el arte a todas las clases sociales. Era su manera de acercar ese arte a todos los estadios. Así podemos ver su obra en diferentes soportes -murales, telas,…- que aparecen tanto en espacios humildes como el poblado de colonización de Esquivel como en grandes espacios como los de las exposiciones universales donde colaboró.
Acercó las corrientes de vanguardia con su filtro y reducción a su manera: en un silencio integrador.
Su interés por mecanizar el arte lo lleva simplificarlo, pero sin perder su fuerza, su sentido y no pierde por ello también la necesitad de probarlo en diversos materiales con sentimiento de tradición, pero con manufactura industrial.
Así encontramos que Jesús trabaja con sus dibujos en telas con motivos que se repiten para facilitar su creación y con mobiliario moderno e impactante, aunque con pocos elementos para facilitar su creación.
Su trabajo no está exento de colaboraciones y muchas de ellas le permiten avanzar y crear nuevas formas de trabajo; con su cuñado José Ramón Cores en el diseño de muebles y la aventura inmobiliaria que supone el diseño y apertura de una tienda para exposición y venta de estos. O con Antonio Cores como fotógrafo trasladando a la imagen las ideas que aplica a sus ejercicios plásticos.
Buscando lo esencial, lo mínimo, y con esa sensación de industrialización de unos elementos -ya sean fotografías o telas, mobiliario…- que destilan tradición, manualidad en su esencia. Así nos encontramos con materiales como el cuero, la madera… que trabajados junto a otros mas industrializados adquieren esa ultima característica debido al cuidado y la precisión en el detalle. Y también imágenes sencillas, limpias, contrastadas que muestran esa tradición de la Arquitectura popular mediterránea. Es la integración en imágenes de la vida tradicional a través de los efectos que permite la técnica fotográfica del momento. Difuminar formas, texturas, recurrir a extremos dirigiendo la atención y la reflexión a esa nueva tradición actualizada.
Ampliando la escala le veremos colaborar como parte de las exposiciones universales. Ya sean en las Bienales de Venecia, Sao Paulo, en las Trienales de Milán, en New York o en nuestro propio país, consiguen que, por encima del equilibrio buscado de arte y comercio, el visitante sea consciente de la arquitectura como lugar oportuno en el que integrar las artes.
Desde el silencio, desde esa esquina imperceptible desde donde se puede contemplar todo el espacio es desde donde Jesús de la Sota presencia, junto con toda su basta labor artística, arquitectónica, esa amalgama interdisciplinar que se cuela, de modo imperceptible pero embriagadora en las nuevas maneras de vivir que traen las nuevas corrientes artísticas y arquitectónicas.
Aunque el negocio inmobiliario fuera demasiado adelantado a su tiempo su silenciosa labor tuvo ese punto de referencia durante el periodo de cuatro años que estuvo en activo pero su obra, sus muebles se desparraman por diferentes viviendas privadas, por diferentes edificios públicos que dan buena cuenta de su adaptación al espacio para los que fueron creados y su calidad en la perdurabilidad de estos.
Las ultimas exposiciones de las que los autores fueron rescatando al autor de las obras que demandaban con ese grito silencioso del buen hacer hacen que se hiciera justicia artística en este compendio de la vida y obra de Jesús de la Sota, son el origen de este interés necesario.
Hacen que el silencio de un maestro salte a las paginas de este libro dándole alas y colocándole en el punto de partida del homenaje merecido a ese creador austero y riguroso, a este oficioso y hábil trabajador que con empeño lucho por el valor de las artes en relación directa y dialogada con la arquitectura y que este libro saca a la luz y da el brillo necesario para que la gente vuelva su interés hacia él y su obra.
Javier Álvarez Atares | Designing the Future en colaboración con Ediciones Asimétricas
