
Las infografías 3d, o lo que comúnmente llamamos “renders”, son el resultado de la aplicación de diferentes técnicas digitales que nos permiten elaborar una imagen realista a partir de un modelo 3d. En el mundo de la arquitectura, tratamos de elaborar un escenario concreto donde las texturas aplicadas, la luz, y el comportamiento de todos los objetos permitan engañar al ojo consiguiendo una fotografía de un espacio o lugar que aún no ha sido generado.

Para poder llegar a un producto de calidad, es necesario tener una buena formación en programas de modelado, renderizado y post-producción. Sin embargo, más allá de la era digital, contar con visión espacial, técnicas de composición y desarrollar habilidades relacionadas con la fotografía, nos permite reflejar con mayor precisión el resultado final, jugar con variables para crear diferentes atmósferas y llegar a transmitir diferentes sensaciones y conceptos a través de una sola imagen.
Dos de los aspectos que van a determinar la producción de la infografía son la iluminación, que se hace patente a través de los materiales empleados y el encuadre, es decir, la posición de la cámara.
Si bien no hay un orden pre-fijado a la hora de trabajar estos conceptos, es interesante elaborar una lista de puntos fuertes por orden de importancia para producir de forma más eficaz y asegurar que conseguimos el resultado deseado: qué queremos que aparezca en la imagen, qué materiales tienen más peso, qué texturas se van a apreciar, si es necesario que destaque algún objeto, etc. Normalmente, hasta conseguir manejar todas las variables con gran soltura, será necesario realizar pequeñas pruebas o “pre-views” que permitan comprobar que vamos alcanzando el efecto deseado.
A la hora de trabajar la iluminación, más allá de añadir los elementos de luz ya sean naturales o artificiales, debemos pensar en la relación que se va a establecer con el espacio, la materialidad de los volúmenes, las sombras que se arrojan y el ambiente que deseamos generar, ya que la posición y la intensidad de dichas fuentes varían todo su entorno. Es por ello, que será necesario trabajar en paralelo las características de los materiales, atendiendo al brillo de los mismos o su reflectividad para conseguir un equilibrio entre los diferentes parámetros.

Por su parte, la elección de la posición de la cámara así como su ángulo de apertura, dependerá de la situación de la escena (si es interior o exterior) y del objetivo final de la imagen. Para conseguir el encuadre idóneo, es necesario asegurarse de que en dicha posición se consigue mostrar el relato deseado, que la geometría de la cámara va en armonía con los objetos de la escena y no forzar el ángulo de la cámara alterando en exceso la realidad. Por otro lado, es interesante recurrir a las técnicas de composición de fotografía para generar imágenes atractivas como la regla de los tercios, utilizar la simetría, los primeros planos, triangulaciones, aprovechar el espacio negativo, etc.

En definitiva, se destaca que la labor de los infografistas 3d, más allá de la aplicación de técnicas digitales, permite la exploración de los espacios a través de la luz, los materiales y la composición introduciendo connotaciones creativas/artísticas a la hora de elaborar imágenes fotorrealistas.