València, invadida por naturaleza y azar
Ciudad que aparece asociada inevitablemente a las fallas y a Santiago Calatrava. Precisamente en estas fechas, quería destacar y demostrar que hay más cosas que ver aparte de esto en València. Me llama mucho la atención la infraestructura verde que presenta en general, la cual envuelve toda una ciudad llena de historia y de anécdotas ocultas que plasmaré en este artículo.
Desplazamiento
Como siempre, la mejor opción es alquilar una bicicleta ya que los recorridos que haremos serán agrupados por cercanía. Así, para perder el mínimo tiempo posible y poder ver la mayor cantidad de edificios, la opción más asequible es coger una bici y seguir esta ruta con ella. Además, València es una ciudad que se presta a ello ya que no encontramos ningún relieve característico por lo que la conducción con la bicicleta es una opción muy plausible para un gran abanico de usuarios. Aparecen en la web, páginas como Bluebikes (39.471796, -0.380728), en la cual un día completo (de 09:30 a 20:00) cuesta 10€, medio día (de 9:30 a 14:00 ó de 17:00 a 20:00) 8€ y una oferta de 3 días que puede ser una opción interesante por 25€.
De esta manera propongo tres rutas para hacerlas en tres días y agotar así un fin de semana completo por la ciudad de València. Estas rutas pueden hacerse indistintamente en un orden o en otro, según interese.
Ruta 1: Ruta por el Cauce del Río Turia
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Es imprescindible recorrerse longitudinalmente el río. No solo por lo que hay actualmente si no por la historia que él tiene tras de sí. Actualmente es un gran pulmón para la ciudad. Recorre de oeste a este València oxigenándola, pero no siempre ha tenido este uso. En 1970 se empezó a plantear qué hacer con el viejo cauce del Turia y al siguiente año, tras la reforma del Plan General de Ordenación Urbana de València y debido al auge del automóvil en estos años, se pensó en este cauce como una perfecta solución para resolver el tráfico en la ciudad. Así, se proyectó una autopista de 28 metros de ancho que acogería en final de autopista de Madrid-València. Los años siguientes se produjeron campañas de protestas contras esta solución exigiendo su cambio de uso por una zona verde. En 1981, Ricardo Bofill incluyó esta idea en el Plan Urbanístico y en 1982 fue presentado y aprobado.

Al recorrer este cauce, podemos ir parando en distintas obras que contiene y/o que están a su alrededor. La mejor opción, a mi parecer, es empezar por El Parque de Cabecera. Este parque es un gran espacio verde dentro de otra zona verde. Interesa darse una vuelta por todas sus áreas: la Colina Mirador, el Bosque de Ribera y el Bioparc. Se intenta recrear el origen aluvial del lecho del río favoreciendo la formación de islotes de sedimentación. Además, la topografía irregular que se le da, hace que haya unos recorridos cambiantes que favorecen al enriquecimiento del paisaje.

Recorriendo el cauce por sus caminos, llegamos al primer edificio representativo: El Palau de la Música, hecho por el arquitecto José María García de Paredes. Se inauguró en 1987 rigiéndose por lo establecido en el Plan de Ricardo Bofill. La poca fortuna de la inadecuación climática del invernadero y la discutible implantación del mismo, a espaldas al Paseo de la Alameda, se compensa con el espectacular sonido de la sala sinfónica.

Siguiendo el camino hacia el este, encontramos el complejo icónico por excelencia de València, La Ciudad de las Artes y las Ciencias de Santiago Calatrava. Visita imprescindible desde el punto de vista arquitectónico. Podemos ver al Santiago Calatrava más inspirado, influenciado a su vez por la situación política por la que pasaba la Comunidad Valenciana en aquellos años. Obra impactante que nos deja una herencia excesiva para los españoles, obra exquisita a la par de innecesaria.

Anexo encontramos El Oceanográfico. Hecho por uno de los expertos y padre de las estructuras regladas con hormigón, como es Félix Candela. Con una forma peculiar de nenúfar por fuera y un espectáculo marino por dentro.

Finalmente, se recomienda seguir el cauce hasta que se termina la zona verde habilitada. Queda pendiente esta conexión con el puerto que puede dar a València un plus de vitalidad. Asimismo, a unos metros escasos de la terminación del paseo y bordeando el puerto, nos encontramos el edificio “Veles e Vents” o también conocido como “Foredeck”. Cumple las funciones de edificio de apoyo en la Copa América de Regatas – principal competición de regatas a nivel mundial – siendo protagonista indiscutible en la reorganización del puerto industrial de València. Los autores de esta obra son David Chipperfield y el grupo B720 Arquitectos. Hace de elemento vertebrador entre el puerto y la Playa de Malvarrosa. Destacan sus admirables luces que hacen que a simple vista parezcan planos flotantes gracias a unos forjados construidos con losas aligeradas interiormente. Por la noche – al igual que los anteriormente mencionados – es un espectáculo contemplarlo con las diferentes tonalidades que hacen que cambie su atmósfera completamente.

Ruta 2: Centro urbano de València
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Que mejor inicio de la ruta que las Torres de Serranos, una de las doce puertas que custodiaban la antigua muralla bajomedieval construidas por Pere Balaguer entre 1392 y 1398. Más tarde del 1586 hasta el 1887 se convirtieron en cárcel para nobles y caballeros. Actualmente se puede visitar, obteniendo así una vista única de València y de su antiguo cauce del Río Turia. La entrada individual es de 2€ siendo domingos y festivos gratuito siendo el horario de lunes a sábado de 09:30 a 19:00 y domingos y festivos de 09:30 a 15:00.

A 800 metros bordeando el cauce llegamos al Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM). Este edificio tiene como objeto la investigación y difusión del Arte Moderno Contemporáneo. Tiene un amplio programa de actividades que va desde exposiciones temporales, pasando por conferencias, incluso talleres y cursos. Inaugurado en 1989, hoy en día se coloca en el ránking de los 100 museos de arte del mundo más visitados según The Art Newspaper. La entrada general es de 6€ y la reducida para estudiantes y Carnet Jove, 3€. Está cerrado únicamente los lunes y su horario habitual es de 11:00 a 19:00, salvo los viernes que amplía horarios y abre de 11:00 a 21:00. Es obra de los arquitectos Emilio Giménez y Carles Salvadores. En 2002-2005 se contempla la ampliación del mismo adjudicada a Kazuyo Sejima y Ryue Nishizawa en colaboración con TomásLlavador Arquitectos e Ingenieros que pretenden envolver por completo el edificio original mediante una piel metálica añadiendo así seis nuevas galerías. Con esta piel se pretende ofrecer una imagen cambiante del proyecto según la hora del día y la calidad de la luz siendo a su vez un icono por la noche.

De un museo nos desplazamos a otro, aunque de menor escala. Se trata de la Sala de Exposiciones Almudín. Ha tenido varios usos. Está situado en un antiguo alcázar musulmán. En el siglo XV, se reconstruyó para almacenar el trigo, producto de primera necesidad. Ha sufrido diversas reformas y ampliaciones a lo largo de su historia. La más significativa, un porche que en el siglo XIX se eliminaría y que recaía en la Calle Almudín. Entre 1906 y 1991 sería sede del Museo Paleontológico y en 1961 sería declarado Monumento Nacional, con sus protecciones que esto conlleva. El uso actual de museo data entre 1993 y 1996, cuando se procedió a su total restauración. Un edificio con historia que es interesante visitar tanto en su exterior como su interior. Abre de martes a sábado de 09:30 a 14:00 y de 15:00 a 19:00 y domingos y festivos de 09:30 a 15:00. El precio general es de 2€ y la tarifa reducida de 1€ por lo que merece la pena pagarlos para disfrutarlo.

A 300 metros del Almodí, nos encontramos con la Plaza de la Reina, plaza que alberga la Catedral de València. De estilo gótico, fue edificada sobre una antigua mezquita. Data del siglo XIII que se iba haciendo a medida que se derribaba la mezquita. La UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Destaca la llamada Torre del Miguelete. Tiene una altura de 51 metros, longitud igual a su perímetro. A partir del siglo XV, quedó unido a la catedral gracias a las diversas prolongaciones que se fueron haciendo. Esta torre ha tenido diferentes usos a lo largo de su historia. Ha sido torre de vigilancia, faro e incluso base para disparar fuegos artificiales. En la actualidad es un hito en la ciudad que sirve para orientarte.

Si avanzamos hacia el sur oeste, a 400 metros vemos un singular ejemplo del gótico civil, La Lonja de la Seda. Antiguamente parada obligada para los comerciantes. Ganaderos, comerciantes de piensos, industriales harineros, comerciantes de legumbres, de semillas, jabones y un sinfín de productos provenientes de las localidades cercanas, se congregaban en la Lonja. Se conoce con el peculiar nombre de “Lonja de la Seda” ya que entre todos los productos, la seda fue la industria más puntera de la ciudad durante los siglos XIV al XVIII. En 1931 fue nombrado Monumento Nacional y la UNESCO la declaró Patrimonio de la Humanidad en 1996. Destaca por la riqueza de la decoración flamígera en las ventanas y por las puertas monumentales con arcos conopiales. El horario para visitarla es de lunes a sábado de 10:00 a 19:00 siendo los domingos y festivos un horario reducido de 10:00 a 14:00. Únicamente cuesta 2€ la entrada general (1€ reducida para estudiantes y grupos). Los domingos y festivos es gratuito.

A escasos metros, en la otra acera vemos el Mercado Central. Construcción modernista que data del 1914, hecha por dos arquitectos formados en Barcelona: Francesc Guàrdia i Vial y Alexandre Soler. En 2004 hubo una reforma integral a cargo del estudio madrileño Fernández del Castillo Arquitectos. Este edificio dialoga en muchos aspectos con su “vecina” la Lonja, mencionada anteriormente. Es el mayor mercado de Europa dedicado a productos frescos, con casi 400 comercios. Combina de manera sobresaliente el metal, el vídeo y los materiales pétreos.

Siguiendo la Avenida de María Cristina, desembocamos en la Plaza del Ayuntamiento donde nos espera un elemento que pasa desapercibido; el Pasaje Ripalda. Consta de 50 metros y ocupa 3 plantas en altura. Comunica con la Plaza de María Benlliure e intenta imitar a los pasajes neoclásicos italianos. Pueden trasladarnos momentáneamente a la Italia de finales del siglo XIX.

Si nos desplazamos por esta misma Plaza del Ayuntamiento, hacia el sur, a 220 metros nos encontramos con un edificio singular, el Edificio Rialto. Antiguo cinematógrafo que muestra influencia directa de otros cines coetáneos como el Universum (Berlín), Gaumont (París), Barceló y Capitol (Madrid). Se construyó entre 1935 y 1939 por Cayetano borso di Carminati González. Se clasifica como racionalista con influencias Art-Decó. A finales de los años 80, fue restaurado y remodelado por Cristina Grau y Camilo Grau, momento en el que se cambia su uso y se convierte en el Instituto Valenciano de la Cinematografía Ricardo Muñoz Suay. En su interior, también encontramos decoración Art-Decó.

Para cerrar esta ruta propongo la visita de las Torres de Quart. De esta forma empezaríamos y terminaríamos de la misma forma, atravesando otra de las puertas de la antigua muralla. Enmarcadas en un estilo gótico tardío, estas torres tenían la función de defender la ciudad y en 1931 fueron declaradas Monumento Nacional. Una buena forma de terminar otra ruta.

Ruta 3: Alrededores
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En esta ruta, propongo distintos puntos alrededor del núcleo histórico que a mi parecer, son lugares que merecen la pena visitar pero que están un poco alejados entre sí. En esta ruta es donde más se recomienda el uso de la bicicleta.
Propongo empezar por el más alejado de todos, El Palacio de Congresos, obra de Norman Foster inaugurado en 1998. Dejando en segundo plano la gestión económica de la obra, decir que fue galardonado con premios como el del Royal Institute of British Architechs (RIBA) en 1999, como mejor Edificio Europeo, el premio OPC otorgado por la Federación Española de Empresas Organizadoras Profesionales de Congresos y su elección como tercer mejor Palacio de Congresos del mundo, galardón que otorga la AIPC (Asociación Internacional de Palacios de Congresos) además del Sello de Excelencia 400+ otorgado por la Fundación Europea para la Gestión de la Calidad (EFQM). Su cuidado con el medio ambiente le sirvió para ser el primero en España en conseguir el certificado de la construcción sostenible BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology) en 2013.

A 5,5 km al este del Congreso, aconsejo visitar esta complejo residencial llamado “Espai Verd”. Complejo de viviendas vanguarista y lineal. La peculiaridad que tiene es la forma en la que juega con la vegetación. El arquitecto fue Antonio Cortés y lo llevó a cabo en los años 80 con una referencia clara; el Hábitat Montreal de 1967 construído en Canadá por Moshe Safdie. Se compone de 108 viviendas, todas ellas dúplex o tríplex con grandes terrazas y abundante vegetación en ellas. Se van creando incluso diferentes hábitats en los patios haciendo que olvides que estás en un entorno urbano al sumergirte en él.

Ya más cerca, a 1,5 kilómetros llama la atención una serie de viviendas adosadas con un aspecto palaciego. Se tratan de los llamados Chalets de los Periodistas. Una pequeña urbanización de lujo dentro de la ciudad y un resto fósil de una idea no consumada por el creador, el arquitecto Enrique Viedma. Todo un lujo en pleno centro de una gran ciudad.

Este mismo arquitecto, es el autor de la Finca Roja en colaboración con el alemán Boris Strzelczyk. Se puede decir que este bloque de edificios es el mayor representante de Ámsterdam en Valencia. Fue construido en 1933, anterior a los Chalets de los Periodistas mencionados anteriormente. El nombre le viene por el color del ladrillo visto con el que se configuran las fachadas. La zona interior es una de las características más distintivas del bloque que antiguamente albergaba también comercios y servicios para los vecinos así como zonas infantiles que hoy en día por desgracia, no se conservan.

Por último, creo que merece la pena darse una vuelta por el Barrio del Cabañal. Barrio de lo más polémico debido a su ubicación. Se trata de un barrio obrero de pequeños bloques que se ha visto amenazado urbanísticamente. Vale la pena darse una vuelta por sus calles, reflexionar y sacar conclusiones no sin antes conocer a sus gentes y habiéndolo visitado profundamente. En él, destaca un bloque de viviendas plurifamiliares que posee un gran simbolismo para la ciudad. Se trata del Bloque de Portuarios conformado por viviendas sociales del Grupo Ruiz Jarabo. Construido en los 50 por el arquitecto Antonio Tatay para albergar los trabajadores portuarios del antiguo barrio del Clot. Actualmente se ha hablado mucho de él y de la posibilidad de derribarlo o reformarlo para mejorar las condiciones de los usuarios ya que se ha convertido en un gueto.

Mario Rojo Valencia
Arquitecto y Redactor DTF
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Referencias de imágenes
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