“En los próximos años, vamos a conocer a gente que empiece a vivir en casas impresas en 3D”

Recientemente se ha conocido la alianza entre el estudio de arquitectura BIG y la start up norteamericana ICON. Su objetivo es impulsar el uso de la impresión 3D para la construcción de viviendas dignas y resilientes en todo el mundo.
No es necesario que vayamos a proyectos tan lejanos: en el ecosistema emprendedor español destacada la start up valenciana Be More 3D, empresa líder en el sector de la construcción 3D en viviendas, formada por jóvenes emprendedores titulados en ingeniería de construcción, electrónica y automatismo industrial. Trabajan por una evolución continua con unos claros objetivos, venta de dispositivos, material y formación para implantación de tecnologías 3D en el sector de la construcción y proyectos sociales de cooperación al desarrollo con acceso a vivienda.
Hablamos con su CEO, Vicente Ramírez, arquitecto técnico y máster en startup administration por la Universidad Politécnica de Valencia.
Comenzamos conociendo a Vicente en el ámbito personal:
¿Quién es Vicente Ramírez y qué relación tiene con la arquitectura?
Nací en Buñol hace 32 años, estudié bachillerato científico técnico, y después hice un ciclo superior de delineación de proyectos. Posteriormente estudié Ingeniería de la Edificación. Tras acabar la carrera, hice un Máster en Startup Administration, en la Universidad Politécnica de Valencia. En cuanto a la relación con la arquitectura, además de mi formación, trabajé en una constructora y en Cemex España. Posteriormente, me embarqué en la aventura empresarial con algunos compañeros de clase y empezamos a formar Be More 3D
¿Cuál fue tu trayectoria previa a Be More 3d? ¿Tenías experiencia en la impresión 3D?
Cuando acabamos la carrera, compramos 3 máquinas de impresión 3D y comenzamos a jugar con ellas, a practicar. En aquel entonces, las impresoras 3D no se estudiaban en ningún lado, había algún tutorial, existía la comunidad maker, pero no había cursos, másteres o ciclos, como existen ahora. Por tanto, era un método de ensayo-error. No podías tener experiencia previa porque nadie sabía de impresoras 3D, acababan de salir. Había pocas en el mercado, pocos repuestos, pocos materiales y poca gente que las tuviera. Ahora, sin embargo, hay innumerables marcas, repuestos, tutoriales, cursos, másteres…. En 5 años ha cambiado todo muchísimo.
¿Por qué decides emprender en ese momento de tu vida?
Mis compañeros de la carrera, que terminaron sus estudios un año antes que yo, comenzaron, junto a otro chico a estudiar sobre el tema de la impresión 3D. Cuando acabé mi carrera, por diferencia de opiniones, ellos habían decidido separar sus caminos, así que me ofrecieron unirme a dos de mis compañeros para montar algo por nuestra cuenta. Fue el mismo día en que presenté mi TFG, así que ni siquiera tuve que buscar trabajo. Además, era un momento en el que la crisis golpeaba con dureza el país. Y poco a poco empezamos; pusimos nuestro dinero, compramos maquinas, empezamos a practicar, a intentar monetizar la tecnología, y así empezó todo.
Y en cuanto al proyecto, cuéntanos qué es BEMORE3D. ¿Cómo fueron sus inicios? ¿Empezasteis directamente con impresión de hormigón?
Empezamos con impresión 3D en plástico. Enseguida empezamos a intentar vender impresión 3D en las reprografías de la universidad, a hacer prototipos, maquetas de arquitectura, llaveros personalizados…Un día, viendo como imprimían las máquinas, me quedé embobado mirando la maquina y se me ocurrió que, porque no, en vez de imprimir plástico, imprimía con hormigón. Y así, sin mirar en internet, me puse directamente a diseñar, hice un boceto de una impresora 3D de hormigón, la diseñé, y con ese boceto, fui a mi padre y le pregunté si me la podía construir. Pero me dijo que no, que íbamos a gastar todo el dinero que habíamos conseguido vendiendo llaveros, y que si no salía bien qué pasaría. Yo le dije que estábamos convencidos, que si se acababa el dinero pondríamos más dinero hasta que saliese la máquina. Y así fue, la construimos en mi garaje, en Buñol, y una vez construida, la llevamos a la UPV. Hablamos con el profesor José Ramón Albiol, experto en materiales de la UPV, y enseguida nos consiguió un aula emprendedora, donde poder llevar la máquina, nos ayudó a caracterizar un material que fuera extrusionable, y poco a poco, con ayuda de unos y de otros, conseguimos crear un prototipo funcional, y pudimos hacer las primeras pruebas, videos, maquetas y presentaciones, para conseguir financiación.
Con este primer prototipo, entramos en una aceleradora de Startups de Acciona. Entre 100 empresas seleccionaron a 8, una de ellas era Be More 3D. Nos propusieron: “¿Qué sois capaces de hacer con 30.000€ en 3 meses?” Les dijimos: “Vamos a construir una impresora de casas y a hacer una casa en tres meses”. Fueron tres meses de locura, pero conseguimos construir la maquina en un taller, y construir la casa en la universidad, en 5 días.
Con todo esto fuimos creciendo poco a poco, ganando en visibilidad, la gente empezó a creernos, empezaron a salir más empresas como nosotros, más competencia. La competencia al principio es buena, porque quiere decir que no estás loco, que tu proyecto es creíble para más personas que apuestan por ello. Y poco a poco fuimos trabajando hasta que conseguimos que nos creyera el Ministerio de Ciencia e Innovación de España, del cual conseguimos una subvención mayor, del CDTI – Neotec, que son cifras mayores. Con esto conseguimos hacer la siguiente evolución, mejorar la máquina que teníamos, y la próxima evolución de máquinas, que son impresoras 3d multiplanta, capaz de construir hasta 5 plantas de altura.
En el momento actual, Be More 3D es una empresa con un recorrido de 3 años; y 5 años de trabajo e investigación. Estamos especializados en la fabricación y venta de maquinaria industrial para la impresión 3D del hormigón. De esta manera, ya tenemos nuestra línea de máquinas industriales para vender, y en paralelo, seguimos desarrollando nuevos materiales junto a la universidad y con empresas colaboradores hacemos nuevos desarrollos de máquinas, como la multiplanta. Por tanto, nuestras dos líneas de trabajo son la innovación y el desarrollo, y por otro lado la venta de maquinaria y servicios relacionados con la impresión 3D.
Cuéntanos el proceso de impresión 3D
Es como la impresión 3D en plástico, pero con hormigón. Tiene la desventaja de que el hormigón es un material vivo, y el plástico no. Cuando haces la mezcla para conseguir hormigón, empieza la cuenta atrás hasta que fragua. Todos estos tiempos de fraguado, de trabajabilidad del material, hay que controlarlo muy bien. Una vez tenemos resuelto esto, y la maquinaria a nivel electrónico, la impresora funciona como una manga pastelera robotizada. Tienes el material y va depositándose capa sobre capa, con la forma que tú antes has prediseñado en el ordenador. Crea muros estructurales de hormigón, donde manualmente tenemos que colocar armaduras para que tenga la resistencia que requiere la vivienda
¿Habéis podido construir muchas viviendas?
El negocio de la empresa es la venta de máquinas, pero es verdad que se realizan servicios y proyectos de construcción. Sobre todo, para dar visibilidad a la maquinaria. Hemos impreso varias casas; tres en Valencia y una en África, por ejemplo. Fuimos los primeros en construir una vivienda totalmente impresa en 3D en el continente africano. Fue en el Solar Decathlon África 2019, que es uno de los eventos más importantes de arquitectura a nivel mundial.
La impresión 3D parece algo habitual en otros sectores, pero algo ajeno a la arquitectura y la construcción. ¿creéis que aún falta darle un impulso a proyectos como el vuestro para que se conozcan las posibilidades de la impresión 3D en la construcción?
Si, por supuesto. Podemos ver por la tele como imprimen una oreja, un corazón, ropa, coches…pero aún no se conoce a nadie que pueda decir que vive en una casa impresa en 3D. Aquí en España, la mayoría de las viviendas, especialmente en núcleos urbanos, son en altura, y la impresión 3D aun no puede hacer eso. En otros países, de Sudamérica y el centro de África, con mucha extensión de terreno, la construcción de viviendas se hace en horizontal, no en vertical, es otro tipo de cultura habitacional. Es verdad que en zonas rurales de España nos están solicitando proyectos. En Mallorca vamos a empezar un proyecto de chalet; en Barcelona también estamos trabajando en proyectos, estamos estudiando proyectos de viviendas para jornaleros, en Albacete y Huelva. En los próximos años, vamos a conocer a gente que empiece a vivir en casas impresas en 3D.
Y en cuanto al ambiente universitario en el que os decidisteis a emprender ¿Cómo es el ecosistema emprendedor en vuestra universidad que tanto os ha apoyado?
La UPV lleva tres años en los que ha impulsado aulas de impresión 3D, donde los alumnos pueden, gratuitamente, por un sistema de puntos imprimir sus modelos. Nosotros hemos podido vender material para alumnos con interés por la impresión 3D. La UPV es una de las universidades más punteras tecnológicamente en España, es lógico que enseguida hayan implantado temas de impresión 3D. En las escuelas de Informática y Bellas Artes, tiene clases optativas y obligatorias de impresión 3D. Las universidades tienen puestas las pilas para estar a la vanguardia de la tecnología. En la UPV, existen los grupos makers, el instituto de ideas de la universidad, un edificio destinado a las ideas, a la innovación, para el desarrollo del emprendimiento; hay un vicerrectorado propio de emprendimiento, dedicado a las ideas, al apoyo de emprendedores, a la innovación. Hay grupos de generación espontánea, que te dan un espacio para trabajar y emprender. Hay un esfuerzo para que la universidad esté a la vanguardia.
Hace cinco años fuimos al instituto de ideas a contar la idea, a que nos dieran un espacio, y en ningún momento nos trataron de locos, nos trataron de soñadores y nos apoyaron. Te ayudan, te dan espacio, gastan dinero en ti, en asesoramiento, mentoring… Pedimos una losa de cimentación de 180 m2 para imprimir la casa, en unan semana estaba hecha.
Al empezar no sabíamos “de nada”, solo de construcción. No sabíamos llevar una empresa.»
Vicente Ramírez
¿Qué es lo más gratificante de la experiencia de emprender?
Los más gratificante es cuando ves imprimir una casa. A nivel personal, también el paso de una idea que se nos ocurrió hace 5 años, una idea loca, que la gente no sabía ni lo que era una impresora 3D, a estar imprimiendo viviendas. Pasar de una idea loca, en un momento en el que solo existía una empresa china y otra rusa, a crear un proyecto real. Sin presupuesto, luchando, reinvirtiendo. Ver salir el hormigón por la punta de la máquina y ver que se está levantando una casa, que en una hora ya ha levantado 30 cm y en 6 horas tienes la casa impresa en 3D, es de lo más gratificante a nivel personal y a nivel empresarial.
¿Qué conocimientos extra necesita un arquitecto técnico para emprender? ¿Has necesitado formación extra para poder emprender?
Por supuesto. Al empezar no sabíamos “de nada”, solo de construcción. No sabíamos llevar una empresa. Fuimos al instituto de ideas de la universidad, que nos ayudaron a centrar nuestra idea; qué vender, a quien vender, a través de que canal…dar forma la idea, en definitiva. Nos han instruido en todo; hay abogados, empresarios, emprendedores…Son cuestiones que si no te metes en el terreno no tienes por qué saber, sobre todo en temas económicos. Muchas cosas las aprendes a base de prueba error.
¿En qué situación os encontrais debido a la situación sanitaria actual? ¿Cómo os ha afectado a nivel de paralización de proyectos o de investigaciones?
En el mes de marzo, la universidad cerró enseguida, y nosotros decidimos sacar nuestras máquinas de impresión 3d de los laboratorios. Los profesores nos dieron sus máquinas para llevárnoslas a casa. Empezamos a imprimir viseras y todo lo que podíamos para ayudar a los sanitarios.
Nuestro trabajo es en gran medida con el ordenador, y desde casa hemos podido seguir trabajando, pero la parte de investigación en laboratorios de la universidad se paralizó. Por la parte del desarrollo de la nueva máquina, que está en un taller externo, no hubo problema. Algunos clientes paralizaron sus proyectos, pero hemos sabido amoldarnos, trabajar desde casa y seguir para adelante.
Hay que echar muchas horas y creer en tu proyecto, hay que saber transmitirlo. Si tienes una idea y no la llevas adelante estando convencido de que está bien, te va a llevar a la frustración»
Vicente Ramírez
Y para acabar la entrevista, te voy a pedir algún consejo para aquel que quiera emprender, especialmente en el sector de la construcción.
Daría muchos consejos: al principio hay que echar muchas horas y creer en tu proyecto, hay que saber transmitirlo. Si tienes una idea y no la llevas adelante estando convencido de que está bien, te va a llevar a la frustración. Hay que intentar dar un paso adelante, ya que no pierdes nada. Que no les de miedo perder un año de su vida en su proyecto, aun poniendo algo de dinero con ayuda familiar, aunque solo sea para intentarlo. Al final, si no das un paso adelante no puedes saber si tu idea es buena o mala. Es la única manera de saber si merece la pena o no. Hay charlas, conferencias, mentoring, muchas cosas gratuitas a las que puedes asistir. Otro consejo sería no tener miedo de contar la idea, la gente no se dedica a copiar ideas. Si perteneces a una universidad, acércate a tu centro, siempre hay aulas de emprendedores, hay charlas, gente emprendedora, sitios donde formarte…desde casa, todo es más difícil.
Con el entusiasmo y el conocimiento de este joven emprendedor y su equipo, seguro que en pocos años conoceremos a gente que viva en casas impresas en 3D. Así lo deseamos. ¡Suerte en la aventura de emprender!
César Jiménez González | Designing the Future