¿Cómo serán las ciudades tras la Covid19? Designing the Future comenta junto a Jorge Ponce Dawson, Main Board Director en Broadway Malyan, la influencia de la pandemia en el urbanismo y la arquitectura.
Durante este último año profesionales, estudiantes y académicos hemos sufrido la pandemia de la Covid19, sin embargo, la rapidez y la enorme repercusión de la situación sanitaria apenas nos ha permitido pensar con tranquilidad qué queremos cambiar de cara al futuro de la arquitectura y el urbanismo. En Designing the Future hemos entrevistado a Jorge Ponce Dawson, Main Board Director en Broadway Malyan, un estudio internacional de referencia en Arquitectura y Urbanismo con sede en distintas ciudades de todo el mundo, y con varias décadas de experiencia en el sector. Este es el resultado.
- 2020 ha sido un año atípico para todos. Desde el punto de vista de los profesionales del urbanismo, ¿qué carencias y qué líneas de trabajo se han evidenciado como imprescindibles en este ámbito profesional?
Como para todos los sectores, la pandemia también representa un punto de inflexión para el diseño urbano. La ciudad se ha convertido en un sitio peligroso, al tiempo que la vivienda urbana de alta densidad ha demostrado sus dificultades para ser soportable en largos confinamientos y adaptarse a nuevas necesidades de uso, como el teletrabajo o el telestudio. Sin duda, los más perjudicados han sido los sectores menos pudientes, que habitan apartamentos de escasa superficie en bloques en altura, sin terrazas ni zonas comunes verdes.
Por su parte, con el transporte público se ha convertido en otro factor de riesgo, el coche privado ha vivido una inesperada reivindicación y se ha revalorizado el extrarradio, produciéndose un cierto reflujo antiurbano en sectores profesionales y de mayor poder adquisitivo, dispuestos a teletrabajar desde las afueras y en entornos más abiertos y verdes, incluso rurales.
La clave de la ciudad del futuro es que sea resiliente, justamente para resistir acontecimientos sanitarios como las pandemias o las catástrofes que el cambio climático ya nos está trayendo. Pero, a la velocidad a la que se mueve este sector, tendremos que esperar años para ver si se ha escuchado el mensaje.
- Las ciudades se han transformado en estos meses, desde peatonalizaciones a implementación de carriles bici, pero en muchos casos se ha tratado de cambios efímeros. ¿Realmente va a cambiar algo todo lo que hemos vivido, qué cosas podrían cambiar en nuestras ciudades y en nuestra forma de vivirlas?
Efectivamente la pandemia ha provocado escasa reacción desde la gestión urbana. Algunos ayuntamientos lanzaron iniciativas de urbanismo táctico a fin de aumentar las áreas peatonales en calles clave de la ciudad y realizar peatonalizaciones temporarias para permitir más distanciamiento, pero otros, la gran mayoría, no han hecho nada. En cualquier caso, se trata de parches temporales. El urbanismo y su gestión, habituado a unos ritmos de planeamiento y tramitación absurdamente largos, se ha demostrado incapaz de tener reacciones rápidas adecuadas a una pandemia o cualquier otra emergencia. Quiero pensar que el sector está tomando buena nota y veremos cambios en el diseño urbano del futuro.
- Existe una creciente desigualdad, con enormes sectores de la población afectados por el parón económico. ¿Se pueden dar soluciones desde el urbanismo para crear ciudades más amables y cohesionadas?
Sin duda. Las propuestas de ampliación del espacio peatonal y verde de las ciudades, recuperando calles para la gente en reemplazo del asfalto omnipresente, son una línea de acción muy interesante. Un ejemplo positivo es el plan de supermanzanas que está implementando Barcelona.
Otra cuestión central es hacer una profunda modificación de la normativa urbanística, para permitir y fomentar los usos mixtos, hasta ahora muy perseguidos en base a una cultura del “zoning” que es un verdadero lastre. De este modo, sería posible rebalancear los usos para dotar a cada barrio de todo lo necesario y avanzar hacia ciudades más próximas y dinámicas, como la idea de Ciudad de cuarto de hora de Carlos Moreno en París, por ejemplo. Los usos mixtos son un modo de romper la segregación por estratos sociales y lograr ciudades más integradas y con reducción de desplazamientos.
- ¿Cuál es el papel del arquitecto/urbanista y de los equipos profesionales que trabajan en hacer ciudad? ¿Debemos cambiar ese papel y adaptarlo a las nuevas realidades y necesidades, de qué forma?
Sin duda. El rediseño de las ciudades, la edificación y el transporte es una de las líneas de acción centrales de un programa urbano verde, cuyos objetivos han de ser incrementar la resiliencia ante emergencias sanitarias y climáticas, mejorar las condiciones de aislamiento y eficiencia energética de todo el parque edificado, limitación de la circulación de coches privados por la ciudad, fomentando el transporte público y las opciones de micromovilidad y movilidad compartida, y avanzar así en el cambio de paradigma de la energía fósil a la basada en renovables reduciendo emisiones de cara a lograr la meta europea de neutralidad de carbono para 2050. Hace falta que toda la profesión esté alineada en estas metas y que cada línea que tracemos tenga en cuenta estos objetivos. La administración debe estimular el cambio fijando directrices y estableciendo incentivos para lograr el cambio cultural que conlleva esta transformación.
- Desde el mundo profesional y vuestra experiencia, ¿son conscientes las administraciones del enorme potencial y repercusión de sus políticas y propuestas? ¿Y los profesionales del sector privado?
No lo suficiente. Avanzamos hacia un mundo en el que el peso de las administraciones locales es cada vez más relevante pero muchos gestores públicos y privados no han tomado conciencia del poder de transformación social de las ciudades cuando se gestionan y orientan adecuadamente.
- ¿Qué se podría hacer para mejorar la relación entre las necesidades de la ciudadanía y las aspiraciones de instituciones y promotores privados en algunos proyectos?
Sería interesante explorar modelos del mundo anglosajón, con sesiones presenciales de presentación pública de los proyectos. Ganaríamos en transparencia y grado de participación. Por ahora en España, los períodos de información pública son un proceso administrativo opaco y bastante abstracto para los vecinos. Hace falta fomentar la participación de la gente y escucharla más.
- ¿Cuáles son los mejores ejemplos de actuaciones de cohesión social a nivel nacional e internacional, y quiénes son los estudios o profesionales que mejor están introduciendo en sus metodologías herramientas que lo tengan en cuenta?
Creo que la gestión urbanística actual de Barcelona es especialmente interesante y debemos prestarle mucha atención como referente.
- Algún comentario/idea sobre la situación actual y los desequilibrios urbanos/sociales que se ven aumentados por la Covid19 o cualquier otro tema.
Aprovechemos el momento de inflexión que supone la pandemia para proponer los grandes cambios que hasta ahora no nos habíamos animado a plantear creyendo que eran ideas imposibles o no realistas. Tenemos ganas de replantearnos muchas cosas para hacer ciudades más humanas y próximas. ¡Vamos a hacerlo!
Designing the Future en colaboración con Broadway Malyan

La clave de la ciudad del futuro es que sea resiliente, justamente para resistir acontecimientos sanitarios como las pandemias o las catástrofes que el cambio climático ya nos está trayendo
Jorge Ponce Dawson
La “receta” imprescindible para conseguir que las actuaciones y propuestas desde el urbanismo y la arquitectura aporten a la sociedad, según Jorge Ponce Dawson:
- Releer de vez en cuando “Ciudades para gente” de Jan Gehl.
- Diseñar pensando en las personas, no en los coches o las empresas.
- Peatonalizarlo todo lo máximo posible.
- Hacer una ciudad lo más verde posible.
- Proponer desarrollos de usos mixtos que reduzcan las distancias y propicien la mezcla en todos los órdenes.
- Poner la lucha contra el calentamiento global y la mayor resiliencia como objetivos de todas nuestras propuestas.