Madrid | DTF
Si le preguntas a cualquier persona por el centro ce Barcelona, Oviedo o Alicante, la mayoría coincidirá en la relevancia del patrimonio arquitectónico de nuestras ciudades. La ciudad, y sus cascos históricos, representan, en buena medida, el pasado en el que las generaciones anteriores crecieron y se construyeron, un espacio en el que converge con el presente y la potencialidad futura de los espacios urbanos.

Son estos espacios de centralidad en los que la ciudad habitualmente valora y pone el foco de su patrimonio, sin embargo, habitualmente el patrimonio va mucho más allá de esos cascos urbanos. En España el patrimonio arquitectónico es algo que no siempre ve reflejado ese aprecio ciudadano por parte de las instituciones que deberían protegerlo.
Son famosos casos como la “pagoda de Fisac”, un edificio único a las afueras de Madrid que fue derribado en 1999 bajo la sospecha de irregularidades y enredos que fueron mucho más allá de la arquitectura y el patrimonio propiamente. Esa, quizá, es una de las grandes dificultades del patrimonio arquitectónico, su potencial valor como espacio vacante; algo que se suma a la extrema lentitud y falta de interés por parte de la mayoría de instituciones públicas.
Con frecuencia son asociaciones y colectivos como DOCOMOMO Ibérico o Madrid Ciudadanía y Patrimonio (MCyP) quienes dan la voz de alarma frente a los ataques al patrimonio arquitectónico y cultural en nuestro país. MCyP es un ejemplo de constancia en la lucha y la reivindicación del patrimonio como algo que trasciende a los intereses puntuales de cada momento; así, han defendido espacios como las Cocheras de Cuatro Caminos, un emplazamiento en pleno centro de Madrid en el que había proyectadas más de 400 viviendas. También han denunciado de manera notoria las supuestas irregularidades en el tratamiento del patrimonio en obras como la remodelación del Complejo Canalejas Madrid, o más recientemente la demolición completa del Royal Cinema.
Sin duda la existencia de este tipo de asociaciones y colectivos permite tomar el pulso de la destrucción del patrimonio en ciudades que, como Madrid, nunca se han caracterizado por tratar especialmente bien a su patrimonio arquitectónico. Si conoces más casos de destrucción del patrimonio en tu ciudad ¡déjanos un comentario con ello!